Jack Broadbent

Texto: Pablo Luque
Fotos: Jaime Massieu

Habitualmente hay músicos que a la hora de actuar adoptan un personaje, lo que los ingleses llaman una “stage persona”, es decir, una forma concreta de comportarse sobre el escenario. Hay otros, en cambio, que se muestran ante el público tal y como son. Jack Broadbent pertenece, sin duda, a la segunda categoría; en el Café Berlín quedó más que claro que este bluesman inglés respira y vive por la música.

El renovado y mítico local madrileño era el enclave perfecto para una noche de blues con sabor a whisky y cerveza. Este concierto, parte del programa del 10º Ciclo 1906, trajo al joven británico que está revolucionando el mundo de la americana con sus incendiarias actuaciones y su particular forma de tocar. Jack Broadbent es un músico curtido en las calles de toda Europa, tocando en una ciudad tras otra, llamando la atención y haciéndose famoso en YouTube, donde sus vídeos tienen millones de visitas. Su sorprendente técnica de slide guitar, usando una petaca vacía, le ha llevado a bautizar su estilo como “hip flask blues”.

Jack Broadbent

Aunque Jack reconoció en una entrevista concedida a 1906 que echa de menos tocar en la calle, lo cierto es que domina a la perfección la dinámica de un concierto en sala: no necesita más que una guitarra (a la que llama Marilyn) y su voz para transportar al público a la Norteamérica profunda. El blues vive dentro de él y lo deja salir en forma de temas llenos de reverb y sonidos metálicos como “On the road again”, “She said” o “Don’t be lonesome”. Sus canciones tratan sobre “dolor, carreteras y no tener dinero”, los temas universales de la música americana.

Jack Broadbent

Su último disco “Portrait” ocupó la mayor parte del setlist, pero también adaptó unas cuantas versiones entre las que estaba la canción favorita de su padre, “Willin’” de Little Feat, además de “Hit the road Jack” y la mítica “Black Magic Woman” de Fleetwood Mac. Puede resultar paradójico que un inglés haga tan bien una música propia de otro continente, pero esa cuestión realmente queda difuminada en el momento en que empieza a cantar: su capacidad de comunicar, su forma de transmitir es tan grande y su actitud es tan auténtica que no es que Jack Broadbent haya elegido ser un bluesman, es que ha nacido para serlo. Supo trasladar el Café Berlín por momentos  a la ribera del Misisipi, por momentos a los campos dorados de Alabama.

Jack Broadbent crónica

Broadbent se descubrió como un tipo muy simpático y con una gran conexión con el público; a pesar del carácter introspectivo y tradicional que tiene su música, Jack es un hombre de su tiempo y animó a los presentes a seguir sus pasos en redes sociales, medio que le ha hecho llegar a donde está y que le permite “no depender de nadie, hacer lo que quiero, como quiero y cuando quiero”, una libertad que para él “no tiene precio”.

Jack Broadbent

Este joven es prueba de que la buena música puede ser atemporal y ubicua, sin importar de dónde ni de quién venga, siempre que esté hecha con humildad y con honestidad. Hacen falta más Jack Broadbents, y los hay, es una suerte que las redes sociales sean un vehículo que permita que talentos como el suyo puedan ser descubiertos y disfrutados por cada vez más gente.

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