Texto y selección: Manuel Recio

Cuando hablamos de Roy Eldridge nos referimos a uno de los trompetistas más influyentes de los primeros años del jazz. Se podría considerar un nexo de unión entre Louis Armstrong y Dizzy Gillespie. Empezó en la era dorada del jazz y aunque evolucionó con el paso de los años es uno de los ejemplos más representativos del jazz clásico.

Roy David Eldridge nació en 1911 en Pittsburg. Empezó tocando la trompeta en big bands a los 16 años. Muy pronto destacó por su intuición más que por la técnica y formó sus propias bandas. Giró por todo el país. En los años 30 se instala en Nueva York donde conoce a músicos como Fletcher Henderson, que le ayudan a ganarse una reputación en clubs históricos como el Savoy y el Minton’s Playhouse.

En las siguientes décadas mantiene su propia banda pero colabora al mismo tiempo con grandes como Ella Fitzgerald o la big band de Count Basie. Fallece a finales de los años 80 de un infarto.

El estilo «smooth» de Eldridge ha tenido gran influencia entre muchos trompetistas de jazz y en músicos de la generación del bebop.