Texto y selección: Manuel Recio

Natalie Cole falleció horas antes de acabar 2015 debido a un paro cardíaco, como si no quisiera entrar en el nuevo año. Para la posteridad dejó un amplio repertorio de canciones que se movían entre el rhym’n’blues, el soul, el jazz o el pop. Tenía 65 años, con este homenaje queremos rendir tributo a sus más de 40 años de carrera musical.

No fue difícil para Natalie Cole adentrarse en la música. Ser hija del gran Nat King Cole podía tener sus ventajas aunque también le marcaría durante el resto de su vida. Como describiría Diego A.Manrique, el periodista musical de El País, era un regalo envenenado.

Fue la única de sus cinco hermanos que se dedicó al mundo del  espectáculo que se inició en 1975 en Capitol Records, compañía de su padre. Enseguida alcanzó el éxito con temas bailables como Sophisticated Lady. Pero sería en los terrenos del soul y del R&B donde Cole se movería como pez en el agua.  No perdió oportunidad tampoco para recuperar el legado musical de su padre. También se atrevió con el jazz.

En el plano personal sufrió distintos altibajos motivados por los problemas raciales, el abuso de las drogas y los problemas de salud derivados. En los 2000 se hizo popular en distintas series y programas de televisión americana. Marcada por la figura de su padre, la trayectoria de Natalie Cole refleja la de una mujer a la que le dieron todo pero que supo labrarse su propia personalidad musical. Prueba de ello es que estuvo 21 veces nominada a los Premios Grammy, de las cuales se llevó nada más y nada menos que 9 estatuillas, la última concedida en 2009.

En los últimos años sus constantes problemas de salud se agravaron y en la Nochevieja de 2015 una hipertensión pulmonar derivó en un paro cardíaco y su voz se apagó para siempre.