Texto y selección: Manuel Recio

Esta semana tenemos una lista muy especial. Nos trasladamos a la época de la esclavitud en Estados Unidos. Una serie de héroes afroamericanos anónimos como Harriet Tubman arriesgaron su vida para establecer una red de casas de acogida donde los negros que huían en busca de libertad podían resguardarse seguros en su camino hacia los estados norteños. Esa red era conocida como el Underground Railroad o ferrocarril subterráneo y las canciones que se cantaban guardaban mensajes ocultos. Bienvenidos a una de las historias más apasionantes del pueblo afroamericano.

Durante el siglo XIX, el término ferrocarril subterráneo (underground railroad) sirvió para hacer referencia a una extensa red de hogares clandestinos cuyo objetivo era ayudar a los negros que huían de los estados esclavistas del Sur hacia los libres del Norte. Fue el primer movimiento en  masa de desobediencia civil de la historia de Estados Unidos donde un gran número de personas se sacrificaron por los derechos civiles de otros. Los conductores eran activistas abolicionistas que arriesgaban incluso su vida por ayudar a los demás. Para los esclavistas, sin embargo, se trataba de una red organizada de robos y asaltos.

El nombre viene porque usaban términos ferroviarios como código para evitar despertar sospechas entre la población blanca. Los negros fugitivos se les conocía como pasajeros. Los conductores maquinistas estaban en el Sur y facilitaban la salida de los esclavos. Las estaciones se transformaban en las casas de acogida donde descansaban los fugitivos. Allí se les proporcionaba comida, alojamiento e instrucciones para seguir el viaje.

Las canciones y los himnos desempeñaron un papel primordial en el desarrollo del ferrocarril subterráneo. Una adecuada planificación suponía una parte fundamental del éxito de los viajes. Cantos optimistas y de esperanza que hablaban de alcanzar el cielo, en realidad presagiaban la tierra prometida, el Norte. Las palabras tenían un doble significado. Siempre que en una canción salía la palabra zapatos, ruedas o carros significaba que alguien estaba listo para huir. Por ejemplo,  el carromato de ‘Swing Low, Sweet Chariot‘  venía para recogerlos y llevarlos  hacia la libertad, hacia el ferrocarril subterráneo. Cuando se cantaban esas canciones implicaba que algo iba a suceder al día siguiente. El río Jordán simbolizaba el río Ohio o el Mississippi, la banda de ángeles eran los conductores que le llevarían a casa. Los dueños escuchaban esos cánticos y pensaban que los esclavos estaban contentos. Pero con el nuevo día habían desaparecido tres de ellos. El motivo había que buscarlo en el mensaje oculto que se emitió en la canción.

Follow the drinkin’ gourd‘ se cantaba por la noche. La calabaza de la bebida (drinkin’ gourd) hacía referencia a la Osa Mayor, la estrella polar que guiaría a la comitiva rumbo al Norte. El espiritual ‘It’s a highway to heaven‘ no tenía nada que ver con el cielo sino con el viaje a Canadá. ‘Go down, Moses‘ bien podría implicar a la Moisés Negra. La historia bíblica de la canción se transforma en una parábola donde el faraón que tiene que dejar al pueblo marchar (let my people go) representaría el amo blanco opresor. Los que quedaban atrás podían consolarse con canciones como ‘Bound to go‘ (tengo que irme) o ‘Members, don’t get weary‘ (miembros, no desfallezcáis). Muchos himnos y espirituales del pueblo afroamericano con marcada temática religiosa, cambiaron de significado cuando se planificaba una huida. Tal es el caso de ‘Steal Away to Jesus‘ (acércate a escondidas a Jesús) o ‘Wade in the water’ (ábrete paso entre las aguas) que rememora el éxodo de Egipto y el paso a través del Mar Rojo. Sin embargo durante la huida indicaba al fugitivo que continuara el camino por el río para que los perros de los cazadores de esclavos no pudieran seguir su rastro. Todo un muestrario de canciones de alerta, de guía, de espera o de esperanza.

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