Primeras Jornadas 1906 de Guitarra Española

Fotografía: Jaime Massieu
Texto: Luis Miguel Flores

El viernes 3 y sábado 4 de octubre tuvieron lugar las Primeras Jornadas 1906 de Guitarra Española en el Molino del Manto de Chinchón. Una muestra del poder de este instrumento en manos de algunos de sus más grandes valedores: el dúo Clavileño (fusión de flamenco y música clásica), el trío de Amós Lora (un prodigio de la guitarra flamenca) y Josemi Carmona, finalmente acompañado por dos representantes de su ilustre familia guitarrera (Carlos y Juan Carmona) por la enfermedad del patriarca Pepe Habichuela. El evento se completó con una exposición de retratos flamencos de un referente de la fotografía musical en España: Paco Manzano. La mejor cerveza del mundo ha organizado las I Jornadas de Guitarra Española de la historia de la Comunidad de Madrid. Léelo aquí debajo y disfruta de este vídeo de resumen.

No podía ser de otra manera en unas jornadas de guitarra española: el espíritu de Paco de Lucía sobrevoló durante todo el fin de semana. Desde las varias fotos del más grande que presidían la exposición de Paco Manzano hasta los últimos temas interpretados por Carmona y Lora. O cómo el mismo espíritu del de Algeciras parece habitar los dedos y la cabeza del jovencísimo prodigio de la guitarra. Presentaron el acto el director artístico de las jornadas Pablo San Nicasio, director de Chalaura.com, Iñigo Osset, el dueño del Molino del Manto, el maravilloso lugar donde se celebraron, y un más que aficionado al flamenco y a la guitarra española, el periodista y humorista (supremo) Juan Luis Cano que aportó la risa desenfrenada («en realidad, 1906 fue un año terrible y lleno de catástrofes, pero desde que se inventó esta cerveza es un año de muy buen rollo» o «en el Tajuña hay vestigios de los romanos: latas de refrescos y algún disco de Raphael») al evento.

La música del viernes la pusieron el guitarrista flamenco José Luis Montón y el clásico David González; es decir, el dúo Clavileño. Más que fusión, lo suyo es «transfusión». Su colaboración nació cuando Montón escuchó a González tocar una pieza de Bach y se descolgó con un «Esto iría perfecto con ritmo de soleá». Dicho y hecho: tras unos años de «encaje», su disco homónimo de 2012 incluyó cuatro danzas barrocas (de Gaspar Sanz y Santiago de Murcia), una farruca y una soleá inspiradas en música del XIX, «Panaderos flamencos» de Esteban de Sanlúcar y «La vida breve» de Manuel de Falla. En esencia, el repertorio que interpretaron en la espectacular jaima del Molino del Manto que acogió el evento. Escuchando su fluido diálogo con las guitarras, parece casi increíble que antes de tocar juntos desconociesen prácticamente el mundo musical del otro. En cualquier caso, su motivación ha sido, en sus propias palabras, «volver a unir dos lenguajes que en un momento histórico se separaron». Lo hacen, desde luego. Con razón, el público pide más y Montón agradece con un «Este concierto también se llama no tenemos bises, así que vamos a tocar otra vez la primera que es de la que menos os acordáis». Ole.

Josemi carmona en Primeras Jornadas 1906 de Guitarra Española

Tras el concierto, unos arroces de lujo entre inmejorables cervezas, corrillos y -dicen- una inevitable juerga flamenca que se prolongó hasta las 5 de la mañana. Que eso también es guitarra española. Dicen que Juan Luis Cano (cantaor aficionado) despuntó en tan magno evento y quizá por ello decidió quedarse el sábado para volver a presentar a los guitarristas del segundo día. Y así, cuando estábamos aún en los estertores de la risa tras una disertación llena de datos históricos rigurosos sobre Chinchón («los árabes vinieron a pasar un fin de semana y se quedaron ocho siglos»), salió Amós Lora al escenario.

Lo del chaval es estratosférico. Acompañado por sus músicos habituales Joni Jiménez (guitarra) y Sabú Porrina (cajón) («con mis músicos me lo paso muy bien y estoy muy a gusto«, me cuenta Amós, y a fé que lo demuestra) y alternando entre dos guitarras, según la pieza, Amós se concentra, sonríe, disfruta, templa y manda, dando órdenes a sus compañeros con la mirada y arrancándose en esos vertiginosos punteos que tantísimo recuerdan a Paco de Lucía. Tras saltar solo al escenario para calentar y calentarnos, nos dedica un «Muchas gracias a todos por venir. Voy a intentar hacerlo lo mejor que pueda». Un «lo mejor que pueda» que abruma. El concierto se desarrolla entre composiciones propias como la tremenda soleá «La pelu» o la improvisación «Amor de Dios» («Me gusta mucho improvisar porque cada momento es una sorpresa», me confesó, añadiendo que entre sus mayores influencias hay músicos de jazz como Pat Metheny, John Coltrane o Miles Davis) incluida en su disco de 2012 «Cerro negro»; disco en el que por cierto se incluye también la esplendorosa versión del «Zyriab» de Paco de Lucía que cerró el recital con un precioso diálogo entre los dos guitarristas.

Tras un intermedio adornado con unas sabrosas gachas típicas de Chinchón (por aquello de alimentar el alma, pero también el cuerpo) Josemi Carmona vino finalmente sin su padre, Pepe Habichuela (aparcado por una inoportuna gripe), pero sí con un primo (el guitarrista Carlos Carmona) y un sobrino (el percusionista Juan Carmona) como escuderos. Es lo que tiene la dinastía. Tras presentarse agradeciendo la iniciativa de las jornadas y diciendo que «la cultura es la verdadera Marca España», su guitarra limpia y poderosa arrancó sola en homenaje al patriarca enfermo. Tras hacerse unos Fandangos de Huelva -«a mi manera«, añadió- cayeron citas al «Adiós a la vida» de Tosca («me encanta la ópera», nos confesó) al «Concierto de Aranjuez» y, como no, a sus Ketama. Y el trío de Habichuelas acabó con la bulería «Dos puñales». Josemi dixit: «Tuve la suerte de hacerla con mi gurú, el más grande, Paco de Lucía«.

¿He dicho acabó? Error: Amós se subió al escenario con Josemi y Juan para lanzarse a una deslumbrante improvisación a ritmo de bossa nova flamenca. Los muy diferentes estilos de los guitarristas sumaron, la química fue brutal y lo más significativo fue cómo Josemi -sin haber acabado la canción- se levantó para abrazar efusivamente a Amós: reconocimiento y final por todo lo alto de las jornadas ¿He dicho final? Error de nuevo: aún nos esperaba un hermoso diálogo entre Carmona y Juan Luis Cano que recogieron nuestras cámaras y una pulpada regada con la mejor cerveza en la fresca noche del acogedor Molino del Manto de Chinchón. Un auténtico broche de oro a las  Primeras Jornadas 1906 de Guitarra Española. A por las segundas…

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