Texto y fotografías: María Nieto Díaz
En A Coruña la noche huele a club de jazz newyorkino. La ciudad guarda todavía el calor de un tórrido sábado de julio y las calles se llenan de gente buscando aire fresco. Dentro del Garufa el ambiente podría servir de escenario para una película de los 50, y Jerry González sube al escenario acompañado de una banda de lujo. ¿Se puede pedir más a un sábado de julio?
El trompetista cumple 50 años sobre los escenarios y tiene toda la intención de hacerlo a lo grande. Y con esa intención ha recalado en la tercera edición del Festival +QueJazz, donde se ha hecho acompañar del contrabajista Javier Colina y el batería Daniel García Bruno. Dos artistas que han sido capaces de transitar entre estilos, llevando siempre el jazz en las venas.
El trío cuenta con una conexión especial, un punto de picardía casi adolescente que se intuye en cada pequeño movimiento. Suenan bien, muy bien, por separado. Y suenan increíbles juntos, aportando los dos últimos un ritmo diferente y casi catártico a la trompeta del newyorkino.
La magia se siente en el aire, tal vez por eso González arranca con una revisión particularísima que retrocede a los recuerdos infantiles y los llena de deseos cumplidos.
La sala está a rebosar y los aplausos sirven para zanjar este primer tema, y abrir un arranque de trompeta de aires canallas. 50 años son muchos años, y en ellos cabe mucho talento. Eso busca demostrar esta noche un trío que precisamente de eso, de talento, va sobrado.
Gafas oscuras, sombrero panamá y las manos siempre ágiles sobre la trompeta, González lleva el peso del directo sin aspavientos y cargado de razón. Colina y García Bruno se saben arropados y se dejan llevar.
La magia de fusión latina y jazz que el trío tan bien domina tarda un poco en dejarse ver, tras el arranque de sonidos clásicos.
Pero llega, vaya si llega.
Tras casi una hora de directo la banda hace un descanso que González aprovecha para presentar a sus músicos antes de desaparecer por unos minutos. Cuando la banda vuelve a subirse a las tablas la noche Jerry González hace valer sus seis nominaciones a los Grammy y despliega un repertorio imparable, adherido a la piel de los presentes y convertido en un 50 aniversario espectacular.
Más de dos horas de jazz con sabor latino y ecléctico que convirtieron una sala de conciertos de A Coruña en un trocito de New York durante unas horas de una tórrida noche de julio.
