Mark Guiliana quizá prefiriese no haber tenido el honor de haber sido el último baterista al que llamó David Bowie para grabar con él, pero Black Star es ya Historia de la Música y da buena cuenta de la inquietud del genio londinense a la hora de rodearse de los nombres más representativos y sorprendentes del jazz actual.
Otro tanto puede decirse de otro iluminado, afortunadamente entre nosotros, que no dudó en formar un dúo con el baterista de New Jersey cuando quiso explorar nuevas posibilidades musicales. Nos referimos a Brad Mehldau y a su refrescante Mehliana, una formación reducida con la que el pianista se aleja hasta las antípodas de su excelso trío clásico y en la que Guiliana es el contrapunto perfecto para la imaginación de su compañero. No menos sembrado fue el paso de Guiliana por el trío de Avishai Cohen quien, junto al pianista Shai Maestro, formó una de las secciones rítmicas más espectaculares y ensambladas que se recuerden.
La nómina de grandes que han reclamado los servicios de nuestro protagonista no se queda ahí, pero es el momento de preguntarnos qué tiene Guiliana para dejar con la boca abierta a músicos de todos los estilos. A veces las palabras se quedan cortas para describir sensaciones que nos desbordan cuando las vivimos. Es igual el género de música que te guste: en menos de un minuto comprenderás que Guiliana es único en lo que hace, único en inventar ritmos y en conjugarlos como un prestidigitador, único en multiplicar las dificultades por el puro placer del juego, único en bucear en la música para transmitir su energía al público.
La penúltima de sus seis grabaciones como líder se titula My life starts now. Si creías que ya estaba todo dicho en lo relativo a la batería, comprenderás que tu vida empezará de nuevo en el momento en que le escuches por primera vez.