Texto y selección: Manuel Recio
Pocos músicos en la historia del jazz han logrado mantener una conexión tan estrecha entre su estilo y su personalidad como hizo Lester Young. Muchos le consideran uno de los padres del saxo tenor, el artífice de que el jazz se impregnara de nuevas y vaporosas texturas, el puente entre la generación del swing y del bebop. En Lester Young encontramos los antecedentes del cool o de la revolución sonora que encabezó Charlie Parker, quien por cierto siempre se consideró un ferviente admirador de Young. Homenaje a Lester Young es una vuelta a aquellos años dorados en los que el jazz permitía soñar.
Lester Young nació en Woodville, Mississippi, en 1909. Enseguida se dejó caer por Oklahoma y Kansas City para tocar en orquestas menores pero en 1934 recaló en la de Count Basie, aunque temporalmente sustituyó a Coleman Hawkins (su principal rival) en la orquesta de Fletcher Henderson. De vuelta a la orquesta de Basie realizó grabaciones memorables y acompañó a Billie Holiday (con la que vivió un romance musical sin parangón) y al pianista Teddy Wilson. Aunque sin duda Lester Young brilló sobre todo como solista.
La profundidad emocional de su estilo nunca ha sido superada en la historia del jazz. El diseño melódico, la elocución, la entonación y calidad de la voz conforman un todo vivo, una unidad que persuade y produce en el oyente un efecto de distensión. Su imagen siempre estará asociada a su inseparable sombrero chato, a su abrigo largo negro y a su traje ancho.
El crítico de jazz Lucien Malson lo definió mejor que nadie: «toca abandonándose, sin que trasluzca ninguna premeditación y parece buscar su camino, ir descubriéndolo poco a poco y saboreando con satisfacción el paisaje musical que va despertando mientras avanza«. El vocalista Jon Hendricks dijo de él: «era un sonido muy diferente a todos los saxos tenores, redondo, casi vacío. Era un ángel: suave, dulce y amable, y eso lo reflejaba en su música«. Según el historiador Ted Gioia «amplió el vocabulario de la música, suscitando una intimidad y unos sutiles matices de sentimientos desconocidos hasta la fecha en el idioma del jazz«.
Para aproximarse plenamente a su figura es de obligada visión el mini documental ‘Jammin’ The Blues’ donde se observa la indolente y pausada figura de Young entre volutas de humo. En uno de los números musicales acompaña a la desconocida cantante Marie Bryant en una original versión de ‘On the sunny of the street’ (tema que Young grabó en varias ocasiones posteriores) para la que interpreta el que quizá sea uno de los mejores solos de la historia del jazz.
https://www.youtube.com/watch?v=2v_Y3Pbiims
