Frederik Ljungkvist – saxofones y clarinete
Magnus Broo – trompeta
Havard Wiik – piano
Ingebrit Haker Flaten – contrabajo
Paal Nilsen-Love – batería

Con Atomic llegó el deshielo. Formados en el año 2000, el quinteto sueco/ noruego pulverizó a golpe de free jazz todos los prejuicios sobre el jazz venido de tierras escandinavas. A las atmósferas lánguidas y melancólicas perseguidas por sus compatriotas, Atomic contestó poniendo su punto de mira en la tradición afroamericana más libertaria y contracultural, empeñándose en poner en alza procedimientos que a partir de la década de los setenta ya sólo sobrevivían residualmente.

Figuras como Ornette Coleman, Albert Ayler, Archie Sheep, Anthony Braxton… les sirvieron como estímulo para enarbolar una bandera que no sólo ha conseguido mantenerse a flote durante una década, sino ganar cada vez más adeptos gracias a un directo completamente demoledor en el que se conjuga con escalofriante precisión la libertad más absoluta con la disciplina más férrea.

Como un ejército aleccionado al mismo tiempo para sorprendernos con su poesía y la unión de sus filas, Atomic ha sabido además tender puentes con el otro lado del Atlántico para aunar fuerzas con músicos como Ken Vandermark, creando un poderoso vínculo y una corriente internacional que confirma la vigencia y longevidad del free.

«There’s a hole in the mountain» (2013), última grabación de una nutrida discografía, insiste en la misma celebración sin obviar un modo de componer que también es deudor de la tradición de la música clásica y en el que hay una clara intención de contar historias. Si todavía tienes tus reservas ante un plato tan contundente es la hora de dejarlas en casa. Te aseguramos que después de escuchar a Atomic en directo no volverás a ser el mismo.