Herbie Hancok, Ron Carter, Tony Williams y Wayne Shorter no podían elegir a otro trompetista que Wallace Roney para embarcarse en una gira internacional de homenaje a Miles Davis. El disco de aquella experiencia, «A Tribute to Miles», cosechó con toda justicia un premio Grammy.

El propio Davis cayó rendido a los pies de su discípulo poco antes de morir cuando, en 1991, le invitó para compartir escenario en el festival de Montreaux. El viejo guerrero armaba caballero a su protegido en una simbólica entrega de armas.

Otros trompetistas clave en la historia del jazz como Dizzy Gillespie o Clark Terry también influyeron en la senda de Wallace Roney, pero fue la sombra de aquel Miles de los sesenta la que presidió la carrera del trompetista de Filadelfia hasta que en 2000 vió la luz «No room for Argument».

En aquella grabación Roney apostaba por una clara apertura estilística: funk, free-jazz, proclamas sociales, guiños al John Coltrane de «A Love Supreme» y jazz de vanguardia. Desde entonces ha esgrimido el estandarte del eclecticismo y la innovación para desarrollar su fraseo de altísimo vuelo, libre ya del cobijo de su ídolo.

«If only for one night» (2010), su última grabación, reúne fusión, swing enérgico, baladas y hard bop para un quinteto de jóvenes intérpretes acostumbrados a tocar en el límite, allí donde Wallace Roney quiere que habite su música.

Wallace Roney: trompeta
Antoine Roney: saxo soprano y tenor, clarinete
Aruán Ortiz: piano y teclados
Rashaan Carter: contrabajo
Kush Abadey: batería