Texto: Luis Miguel Flores
¡Felicidades! Este es, sin duda, el «Año Holiday» por excelencia. Hoy 7 de abril de 2015 celebramos 100 años de Billie Holiday, del nacimiento de Lady Day. Y -no podía ser menos- se está celebrando por todo lo alto. De momento, se acaba de editar el recopilatorio «The Centennial Collection», con 20 de sus éxitos inmortales. Además, dos grandes vocalistas de jazz contemporáneo editan sendos homenajes a Billie: José James y Cassandra Wilson, pieza clave además del homenaje que el legendario Teatro Apollo de Harlem rinde a Lady Day.
«The Centennial Collection» (streaming completo aquí) reúne 20 canciones grabadas entre 1935 y 1945, con especial incidencia en el periodo 1937-1939. 20 clásicos de Lady Day que funcionan como una perfecta puerta de entrada a la Billie Holiday de la primera época; es decir, la de la orquesta de Teddy Wilson o la propia Billie Holiday Orchestra, con solistas como Lester Young. No faltan «Strange Fruit», «Lover Man», «God Bless the Child», «Summertime», «These Foolish Things»... Una hermosa forma de introducirse en el fascinante mundo musical de Billie Holiday.
José James lanzó el pasado 31 de marzo «Yesterday I Had The Blues», su emocionado homenaje a la que considera su «madre musical». El resultado es un poco desigual y excesivamente respetuoso, como ya os contamos en esta reseña que publicamos en exclusiva, tres semanas antes de la edición. Más interesante y aventurero es «Coming Forth By Day», el álbum de homenaje a Lady Day de Cassandra Wilson, que además incluye un tema compuesto para la ocasión por Wilson: «Last Song (For Lester)».
Cassandra Wilson, además, participa muy activamente en los actos de homenaje a Billie Holiday organizados por el mítico Teatro Apollo de Harlem. Ayer descubrió una placa conmemorativa en su Paseo de la Fama, y el viernes 10 de abril ofrecerá un especialísimo concierto de homenaje, Cassandra Wilson: A Celebration of Billie Holiday, sobre el mismo escenario que Holiday pisó en más de 20 ocasiones. Hace un mes detallamos todos estos actos y colgamos el disco de Wilson aquí mismo.
Aprovechamos la ocasión para recordar esta pieza que dedicamos el pasado mes de enero a una de las canciones legendarias de Billie Holiday: «Good Morning Heartache», que ella estrenó en 1946 y muchos otros recuperaron después. Valgan como muestra estas 10 versiones que elegimos entonces. Tanto Cassandra Wilson como José James -por algo será- la incluyen en sus discos de homenaje.
Por último, no podía ser menos, recuperamos aquí nuestra Lista Spotify (perfil incluido) con Las 20 Mejores Canciones de Billie Holiday. Lo que haga falta, con tal de mimar, recuperar, recordar y atesorar el legado de la irrepetible Billie Holiday en este Centenario. Y siempre ¡Felicidades, Billie! Y, muchas más que cien, mil gracias…
Lady Day. Billie Holiday: una de las voces más personales y expresivas de la historia del jazz. Seguramente la que mejor ha sabido interpretar y comunicar el dolor, en toda su extensión. Quizá porque la propia vida de Eleanora Fagan no fue fácil. Tras ser abandonada por su padre cuando era muy pequeña, fue violada a los 11 años, ejerció la prostitución con 14 y su madre la echó de casa a los 19 por quedarse embarazada. A la vez, empezó a cantar en los clubes de Harlem con 14 años y grabó sus primeras canciones a los 18.
A mediados de la década de los 30, empezó a colaborar con la orquesta de Teddy Wilson (en la lista hay un par de esas canciones: “Sugar” y “These Foolish Things”) y se hizo acompañar del saxofonista -amigo y confidente- Lester Young. A finales de la década pasó brevemente por las orquestas de Count Basie y Artie Shaw. En 1939 grabó por primera vez “Strange Fruit”, una durísima canción anti-racista en la que esa “extraña fruta” son los cadáveres de los negros linchados y ahorcados en los árboles.
La década de los 40 marca el éxito de Billie Holiday en el mundo mainstream. Entre otros éxitos, el mayor fue “God Bless The Child”, escrito por Arthur Herzog y la propia Billie, que se inspiró para la letra en una pelea con su madre por un quítame allá unos dólares. A finales de la década pasó varias veces por la cárcel acusada de posesión de narcóticos. Su consumo de estupefacientes y alcohol -unido a varias relaciones con hombres poco convenientes y violentos- fue deteriorando su salud, llegando a afectar seriamente -y a oscurecer- su voz en los últimos años.
Aún así, en la recta final de su vida grabó muchísimo material. Coincidiendo con la publicación de su durísima autobiografía, en 1956, editó un álbum de igual título: “Lady Sings The Blues”, una especie de grandes éxitos para el que regrabó viejos clásicos y cuatro temas nuevos: el tema titular y “God Bless The Child” están en nuestra lista. Ese mismo año dio dos conciertos míticos en el Carnegie Hall. Su último disco editado en vida fue “Lady In Satin” (incluimos “I’m A Fool To Want You”), con lujosos arreglos de cuerda de Ray Ellis. Lady Day murió de cirrosis en julio de 1959. Este es su mejor legado: el de las canciones.