Antonio Lizana en Garufa Club

Texto y fotos: María Nieto Díaz

¿Quién dijo que el jazz debe mantenerse puro? ¿Quién asegura que el flamenco es un arte aislado? ¿Quién dice que un cantaor no toca el saxo -tenor y soprano- como los mejores maestros? Si alguien lo dijo -y es posible, hay gente muy osada-, Antonio Lizana ha nacido para desmentirlo sin piedad.

Antonio Lizana Garufa Club 1

 

El Garufa Club recibía al maestro y su banda dentro del Festival MásQueJazz y se preparaba para una noche en la que fusión y arte serían las palabras más repetidas. Lizana arrancaba con «Debí nacer culpable» e inmediatamente se producía la magia. Percusiones con reminiscencias árabes, un saxo tenor auténticamente jazz y una voz que desgrana los palos flamencos con auténtica maestría, así es el directo de Lizana, que comentaba feliz “al venir a Coruña me he reencontrado con muchos amigos, y eso es un lujo”.

Daniel García Diego al piano, Jesús Caparrós al bajo, Shayan Fathi a cargo de la percusión y Maui de Cádiz a los coros y bailes completan una formación heterogénea y llena de duende, sin paliativos y sin vergüenzas.

Antonio Lizana Garufa Club 4

 

Con la soleá por bulerías «Nos quisimos así» arranca el tercio más flamenco de la noche, con un bailaor desatado y un cantaor absolutamente sublime mano a mano.

Hubo también momento para la reivindicación, con “Frontera”, uno de los grandes temas del último disco del gaditano, que el artista dedicó “a los Mozart y Einstein que habrán nacido al otro lado de la frontera y no han tenido ni el menor margen para elegir”

Antonio Lizana Garufa Club 2

La batería pasa del sonido del cajón flamenco, seco y penetrante, al standard de jazz más delicado en un abrir y cerrar de ojos, y arranca «Respira«, otro de los temas del último disco.

Vamos a tocar ahora «Tú déjate sentir«” -explica Lizana – “let you feel yourself por si nos escuchan desde Edimburgo” bromea. Y con este tema da paso a un descanso que remata cuando empieza a sonar el verso «Perdí toda esperanza de librar estas cadenas«.

Antonio Lizana Garufa Club 3

El ejercicio estilístico de piano, grave y melancólico, que arranca el aplauso unánime y emocionado del público consigue convertir la noche en un salto del jazz al flamenco imposible de parar. Hay estilos que confluyen con facilidad en las manos de esta formación.

Sonaron «Destino» – “uno de los grandes éxito en nuestro barrio, que tampoco somos los Rolling Stone, bromeaba Lizana- y «Vengo perdío«, y la banda decidió despedirse con un buen fin de fiesta por bulerías para evitar la mala suerte.

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