Texto: Luis Miguel Flores
Aprovechando que se cumple en estas fechas (13 de enero de 1927) el aniversario de la primera exhibición de la legendaria «El cantor de jazz», la primera película sonora, nos enfrentamos sin miedo a la compleja tarea de elegir las 10 Mejores Películas Sobre Jazz. Recalcando lo de películas: nos ceñimos a cintas de ficción, aunque se basen en hechos reales. No incluimos documentales ni musicales estrictos. Y descubrimos que todas las películas tienen una altísima calidad y que detrás de ellas están algunos de los grandes directores de cine de la historia. Las reseñamos en estricto orden alfabético. Y completamos con una de nuestras Listas Spotify: Las Mejores Canciones de Jazz en el Cine.
Acordes y desacuerdos (Sweet And Lowdown) – Woody Allen, 1999
Una de las «marcas de la casa» de las películas de Woody Allen es el jazz como alimento prácticamente exclusivo de sus bandas sonoras… por no hablar de su propia carrera como clarinetista. Allen es un enamorado del jazz de los 20, los 30 y los 40, y finalmente se decidió a que este fuera argumento principal de una de sus películas con «Acordes y desacuerdos», en la que Sean Penn interpreta a un ficticio guitarrista de jazz, Emmet Ray, que es poco más que un despojo humano… a la par que -supuestamente- el mejor guitarra del mundo, obsesionado con Django Reinhardt. La banda sonora (interpretada por Howard Alden y el Dick Hyman Group) es una auténtica maravilla.
Alrededor de la medianoche (Round Midnight) – Bertrand Tavernier, 1986
Bertrand Tavernier riza el rizo contratando a un saxofonista real, el enorme Dexter Gordon, para que interprete a uno ficticio –Dale Turner– cuya vida está a su vez basada en la de un fanático del jazz, escritor y amigo de muchos músicos: Francis Paudras. Turner está envuelto en una espiral de alcoholismo y desesperación hasta que un hombre obsesionado con su música intenta salvarle. Herbie Hancock produce una espectacular banda sonora original con Óscar incluido, interpretada por él mismo y el propio Dexter Gordon con las colaboraciones de Chet Baker (apenas dos años antes de su muerte), Ron Carter, Wayne Shorter o Bobby McFerrin entre otros muchos.
Bird – Clint Eastwood, 1988
Al igual que Allen, Clint Eastwood es un gran amante y practicante del jazz y el blues. «Bird» es, ni más ni menos, un biopic de Charlie Parker (mucho más interesante que su película sobre Frankie Valli & The Four Seasons, por cierto) que se encuentra entre lo mejor de su filmografía. Forest Whitaker borda su interpretación (escalofriante) de la caída libre del saxofonista. En la banda sonora, el productor Lennie Niehaus aisló solos originales de Parker para empastarlos con acompañamientos grabados para la ocasión por Ron Carter, John Guerin o Jon Faddis.
Cotton Club – Francis Ford Coppola, 1984
Sin ser una gran película, «Cotton Club» (que además se estrelló estrepitosamente en la taquilla) retrata de forma deslumbrante el ambiente, los personajes y las cuitas del mítico club de Harlem. Pero, sobre todo, su música, con el compositor John Barry recreando clásicos inmortales como «Minnie The Moocher», «Mood Indigo» o «Creole Love Call». Película coral protagonizada por Richard Gere, Gregory Hines, Diane Lane o Nicolas Cage salpicada de interludios musicales.
Cuanto más, mejor (Mo’ Better Blues) – Spike Lee, 1990
Spike Lee también dedicó uno de sus «joints» al mundo del jazz, justo después de «Haz lo que debas». Denzel Washington interpreta al trompetista de ficción Bleek Gilliam, enfrentado en lo profesional y en lo personal al saxofonista de su propio cuarteto, Wesley Snipes. Completan el reparto el propio Spike Lee, John Turturro, Samuel L. Jackson e incluso unos episódicos Rubén Blades y Branford Marsalis. Éste último -junto a Terence Blanchard– es el responsable de la banda sonora.
El hombre del brazo de oro (The Man With The Golden Arm) – Otto Preminger, 1955
Una auténtica joya de Otto Preminger en la que Frank Sinatra es Frank Machine, un ex-tahúr que en sus años de cárcel aprende a tocar la batería y al salir intenta buscarse la vida como músico mientras intenta apartarse de la heroína. Dura y poderosa, co-protagonizada por Kim Novak y con una excepcional música original de Elmer Bernstein. Tanto él como Sinatra fueron nominados a un Óscar… sin suerte.
Kansas City – Robert Altman, 1996
Fascinante y algo fallido experimento coral de Robert Altman ambientado principalmente en el ficticio Hey Hey Club de una Kansas City de los años 30, entre intrigas revueltas de músicos, gangsters y policías y protagonizado por Jennifer Jason Leigh, Miranda Richardson y Harry Belafonte. La música se grabó en directo durante el rodaje, producida por Hal Wilner y Steven Bernstein, y varios músicos reales interpretaron y recrearon las figuras, vidas y sonidos de Coleman Hawkins (Craig Handy), Lester Young (Joshua Redman) o Ben Webster (James Carter)
Música y lágrimas (The Glenn Miller Story) – Anthony Mann, 1954
Delicioso biopic sobre un Glenn Miller incorporado impecablemente por James Stewart. La verosimilitud no es el fuerte de una película anacrónica y mentirosa… pero con una música alucinante. Tanto en su banda sonora original (compuesta por Henry Mancini) como en la apabullante selección de clásicos de Miller: «Pennsylvania 6-5000», «Moonlight Serenade», «Tuxedo Junction»... con el plus de los cameos (interpretándose a sí mismos) de Louis Armstrong o Gene Krupa entre muchos otros.
El ocaso de una estrella (Lady Sings The Blues) – Sidney J. Furie, 1972
Diana Ross se mete -bastante bien, por cierto- en la durísima piel de Billie Holiday, en cuya autobiografía de igual título se basa -más o menos- la película de Sidney J. Furie. Ross regrabó con acierto un buen puñado de clásicos de Lady Day para una banda sonora que fue un enorme éxito de ventas en 1972.
El trompetista (Young Man With A Horn) – Michael Curtiz, 1950
Michael Curtiz («Casablanca») dirige a Kirk Douglas en el papel del trompetista Rick Martin, inspirado en el pionero Bix Beiderbecke. Talentoso y finalmente rico y famoso a la vez que lucha por salvar su matrimonio (con Lauren Bacall, ni más ni menos) y superar su alcoholismo. El gran trompetista Harry James sopló los solos de Douglas / Martin.