Texto: Bruno Corrales
Fotografías: Lechuck Studio
Unos pocos afortunados vivieron anoche una velada memorable en el Teatro Lara. ¿Cómo evitar esta sobredosis de adjetivos y cierta exageración cuando se canta desde este modo, desde lo más profundo del alma? Las palabras difícilmente hacen justicia. Los bailes de Lee Fields, en cambio, fueron mucho más representativos.
Le queda muy lejos aquello del pequeño James Brown al de Carolina del Norte. Más o menos unas cuatro décadas, cuando asombraba a los amantes del funk con singles en clave disco. Ahora, Lee Fields paladea las mieles de un éxito tardío pero estable, cimentado en ese soul atemporal al que ha sabido ofrecer su toque personal. Una delicia para los amantes del género en su forma más pura y lo fi, que si hace meses pudieron disfrutar en Madrid de Charles Bradley, anoche disfrutaron de otro de los grandes representantes del soul actual.
Pasadas las diez de la noche, The Expressions saltaban al escenario entre gran expectación. En las butacas se palpaban las ganas de disfrutar de una noche de soul como las de antes. Y es que, superados ampliamente los sesenta años, Lee Fields hace bueno el dicho del vino, más viejo pero más bueno… Es ese toque de personalidad, el reposo y la cadencia lo que marca la diferencia frente a los clichés más previsibles, propios del estilo.
Llegaba el momento y Lee aparecía en el escenario portando una chaqueta de purpurina roja, elegante y arrollador, atacando con temas de su último álbum publicado hace ya dos años «Emma Jean». Era el caso de “Don’t leave me this way” o “Standing by your side”, que caldeaban de inmediato el ambiente, dando lugar minutos después a momentos de verdadera comunión con el público e incluso… ¡una pedida de mano! Hubo incluso lugar para canciones que formarán parte de su próximo entrega, como la más que apropiada “Special Nights”.
Noches como las de ayer no sirven sino para volver a subrayar el buen estado de la música negra en nuestro país, cocinado a fuego lento en jam sessions 100% resistentes a modas y revivals. Un público y aficionados crecientes en número pero ante todo leales y apasionados, que ayer rendían tributo merecido a un superviviente.