Texto y selección: Manuel Recio
Es el padre de la bossanova, con el permiso de Antonio Carlos Jobim. El ideólogo, el impulsor, el gran maestro que creó ese ritmo peculiar, a medio camino entre la armonía y la melodía, llamado «batida», que identifica el estilo. El pasado 10 de junio cumplió 85 años. Sigue tan excéntrico como siempre, recluido en su domicilio de Rio de Janeiro, sin apenas salir de casa. Gilberto goza de tan buena salud como su música, uno de los legados más impresionante de la historia de la música. Cuando en 1964 actuó en el Carnegie Hall de Nueva York junto al saxofonista Stan Getz, la influyente revista Down Beat escribió que Joâo ha sido uno de los músicos que más ha influido en la música norteamericana.
Joâo Gilberto nació el 10 de junio de 1931 en la pequeña ciudad de Juazerio en el interior del estado de Bahía, lejos del mar y de esa imagen icónica del Brasil de Carnaval. Desde muy joven se aficionó a tocar la guitarra. No era raro verle en la plaza del pueblo, cantando canciones bajo el enorme tamarindo. Cautivaba a las chicas jóvenes con una mezcla peculiar de su forma de tocar la guitarra con una voz entre susurrada y hablada que parece iba buscando los acordes, detrás de la melodía. Una de sus primeras composiciones «Bim Bom» pretendía reproducir el movimiento de las caderas de las lavanderas, camino del río.
En 1950 probó suerte en Río de Janeiro, el centro de la industria musical brasileña, tocando en boites y salas de fiesta de Copacabana y al frente de conjuntos vocales, pero se cansó enseguida. El público estaba más preocupado de hablar que de escuchar su música. No pagaba alquiler, iba de casa de en casa de amigos. En el cuarto de baño consiguió perfeccionar su estilo y creó la batida. Conoció a Antonio Carlos Jobim, en ese momento director artístico de la compañía Odeon y pianista de la noche. En el piso de Jobim, este sacó una vieja partitura titulada «Chega de Saudade» y Joâo Gilberto la interpretó en su particular estilo. En ese momento nació la bossanova.
El impacto del nuevo estilo fue global, los músicos de jazz norteamericanos se dejaron seducir por los ritmos llegados de Brasil y Joâo Gilberto, como padre de la criatura, triunfó en Estado Unidos de la mano de Stan Getz. Antológicas son sus grabaciones en Nueva York y San Francisco. Por esa época se casó con la cantante Astrud Gilberto, que popularizaría una eterna versión en inglés de «Garota de Ipanema». Luego se separaron y Joâo se casó otra vez con la también cantante Miúcha, padres de Bebel Gilberto.
Joâo Gilberto lleva desde el año 2000 sin grabar un disco. No da entrevistas y apenas se relaciona con gente. Su personalidad es compleja, pero pocos pueden presumir de haber creado uno de los estilos más universales de la historia del siglo XX. Esta lista Spotify, lo demuestra. Bim bom Bim bom.