Jazz de otoño en Nueva York

Texto y selección: Manuel Recio

Ha llegado el otoño y con él retazos de melancolía nos invaden. Si el jazz es un estado de ánimo, a lo largo de su historia ha habido dos temas que han reflejado mejor que ningún otro el otoño: «Autumn leaves» y «Autumn In New York». Dos clásicos eternos, interpretados miles de veces por los más diversos artistas. ‘Jazz de otoño en Nueva York’ hace un repaso a algunas de las versiones más aclamadas de estos dos estándares universales. 

Mirar por la ventana y ver las gotas de lluvia caer puede ser un ejercicio de nostalgia. Pero al mismo tiempo puede alimentar nuestro espíritu con algunas de las poesías sonoras más evocadoras que jamás se han escrito en clave de jazz. El otoño es por definición decadente. Sin embargo esa decrepitud anímica ha inspirado belleza y esperanza a partes iguales. Póngase cómodos, acérquense a la ventana o den un paseo por el bosque de colores ocres y cobrizos para degustar esta selección como merece.

A pesar de ser uno de los emblemas del cancionero popular americano, «Autumn Leaves» tiene origen europeo, en concreto francés. Su compositor, Joseph Kosma nació en Budapest pero se mudó en 1933 a París donde conoció al poeta Jacques Prévet, autor de la letra. El título original fue «Les feuilles mortes» y el tema se compuso en 1946 para la película Les portes de la nuit. En 1951 el letrista norteamericano Johnny Mercer la adaptó al inglés para introducirla en el repertorio del jazz.

Una de las versiones más recordadas es la de Cannonball Adderley en 1958 para su disco «Something Else» de Blue Note con el mismísimo Miles Davis como músico de sesión. Otros como los pianistas Bill Evans y McCoy Tiner hicieron interesantes aproximaciones desde una óptica más bop, mientras que Joe Pass le saca jugo a su guitarra en una virtuosa versión instrumental. Sabiendo su origen francés tiene sentido que Edith Piaf también abordará la canción. Hasta Eric Clapton se atrevió con ella.

Por su parte «Autumn In New York«, compuesta en 1934 por Vernon Duke, nació de la nostalgia del autor por la Gran Manzana. Hasta que en 1977 saliera «New York, New York», fue el estándar de temática neoyorquina por antonomasia. La dupla Ella Fitzgerald- Louis Armstrong saca su lado más meloso, mientras que Bud Powell hace una versión inquietante y solemne. Dexter Gordon aporta calidez y Charlie Parker se deja llevar por los arreglos orquestales.  Pero de todas las versiones grabadas puede que Billie Holiday haya sido la única en tocar el cielo de Manhattan. Prohibido derramar lágrimas.

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