Texto y selección: Manuel Recio
Wilson Pickett estaba destinado a ser uno de los grandes del soul, pero se quedó a medio camino. Su voz no tenía nada que envidiar a la fiereza de Otis Redding o a la elegancia de Sam Cooke. Sin embargo sus mayores éxitos se dieron en la década de los 60 bajo el sello Atlantic, aunque continuó su carrera hasta pocos años antes de su muerte en 2006. La magia del soul sureño en toda su plenitud.
Wilson Pickett nació en un pueblo de Alabama en 1941 como el menor de 11 once hermanos. Se inició cantando en el coro gospel de su iglesia. Su madre les maltrataba y en 1955 el joven Pickett huyó a Detroit, a buscar refugio en su padre. En Detroit siguió cantando en agrupaciones de gospel y empezó a entrar en contacto con la escena bulliciosa rhythm’n’blues de la ciudad.
Allí formó parte del grupo The Falcons, gracias al cual el productor de Atlantic, Jerry Wexler, se fija en él. En 1964 firma con el sello neoyorquino y en 1965 se edita el archiconocido «In the Midnight Hour» que compuso a medias con el guitarrista Steve Cropper. Grabado en los antológicos estudios de Stax en Memphis, la canción llega al número 1 y vende cerca de 1 millón de copias.
No muy lejos de Memphis, en los estudios FAME de Alabama graba sus siguientes éxitos: «1000 dances land», «Funky Broadway» y «Mustang Sally», tema de Marck Rice que desde entonces se asoció para siempre con Pickett.
Aparte de cantante, fue compositor y muchos de sus temas fueron grabados por grupos de rock como Led Zeppelin, los Rolling Stones, Creedence Clearwater Revival o Grateful Dead. En los 70 dejó Atlantic y su estrella se apagó. Problemas con el alcohol, drogas, armas y peleas con la policía terminaron de rematar su errante carrera.
En los 90 pasó una temporada en prisión por atropellar a un anciano y conducir borracho. También le desahuciaron de su casa. Arruinado y con el orgullo herido, recuperó parte de su credibilidad artística con una serie de homenajes musicales que tuvieron como colofón su entrada en el Salón de la Fama del Rock And Roll. Murió a principios de 2006 de un infarto pero su espíritu aparece cada día, a la medianoche.