232Texto: Luis Miguel Flores
Tras las hermosas excursiones sinfónicas de «Almah», tenemos nuevo disco del contrabajista Avishai Cohen: From Darkness, que le devuelve a la esencia del trío de jazz. O, mejor dicho, a su amplia y elegante forma de entender el trío de jazz. Una vez más, en compañía del batería Daniel Dor (muy joven pero sobradamente preparado: un portento) y el versátil pianista Nitai Herskovits. Lo más destacable de «From Darkness» es la facilidad con la que, dentro de cada composición, el trío puede transitar sin esfuerzo entre jazz fusión, música clásica, ritmos latinos…: la enorme fluidez. Y por supuesto la originalidad, delicadeza y/o vitalidad melódicas a las que Cohen nos tiene acostumbrados.
Tras la corta (2 minutos) pero intensa apertura de «Beyond», que nos mete en faena desde el segundo uno, en «Abie» saltan con fuerza las sonoridades latinas que tan presentes están en la música de Avishai Cohen. Dos breves y percutivos solos de contrabajo abonan en terreno para el tumbao del piano de Nitai Herskovits, hasta que la canción se dispara a territorios de fusión y en menos de 4 minutos se resuelve con maestría. Fusión desde la que a su vez arranca «Halelyah», hasta que el tema nos envuelve en una hermosa melodía de piano clásico. Clásico de música clásica, en este caso.
Con la misma naturalidad que se suceden estos cambios, Cohen se agarra al bajo eléctrico (o electroacústico) en el tema titular, que te arrastra a una irresistible espiral melódico-rítmica. O construye en «Almah Sleeping» (rasgando el contrabajo con el arco sobre una exquisita melodía circular de piano y apenas unas escobillas sobrevolando la batería) una de esas piezas que saben a clásico desde el primer compás. O directamente nos eleva y deslumbra -sobre un portentoso armazón rítmico de Daniel Dor- con la que para mí es la joya -en este caso, la piedra preciosa- del disco: «Amethyst».
Diez de las once composiciones de «From Darkness» son originales de Avishai: el disco se cierra con una deliciosa lectura del «Smile» de Charlie Chaplin. Y existe una edición con tema extra: versión del «Crazeology» de otro Charlie (Parker), resuelta a velocidad bop en algo menos de 3 minutos. Pero es que da igual: todas las canciones (desde el 1:11 de «Signature» a los 7:40 de una «Ballad for an Unborn» de escalofrío) te dejan con ganas de más. No se me ocurre mejor piropo.
Grande, Avishai.